Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100397
Legislatura: 1894-1895
Sesión: 15 de Enero de 1895
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 37, 758
Tema: Discurso sobre programa del Gobierno

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Entonces he entendido mal; dispénseme el Sr. Fabié; no sólo ha sido S. S. correcto, sino que debe agradecerle el Gobierno su actitud, porque claro es que el Gobierno, que está ahora buscando transacciones y haciendo trabajos de concordia, necesita oír la opinión de todos, y celebra mucho conocer la de S. S. que es siempre de importancia, no sólo porque ha regentado con fruto el Ministerio de Ultramar, como lo ha demostrado esta tarde, y además tan dignamente como desempeña todos los cargos que se le confían, sino porque para todos y para el Gobierno es muy respetable la opinión de S. S., y si cabe dentro de la armonía y de la concordia que el Gobierno va buscando para la solución de una cuestión tan nacional y tan importante como esa, el Gobierno y el Ministro de Ultramar tendrán en cuenta el parecer de S. S. en los trabajos que en este momento se están realizando.

Por lo demás me atrevo a dar más explicaciones respecto a la cuestión de Cuba, porque aquéllos que están encargados de trabajar la transacción deben procurar el evitar dar mayores explicaciones, para que éstas no puedan infundir recelos en una u otra de las partes cuya concordia se busca. El Sr. Fabié me dispensará, pues, que no le dé sobre esto más explicaciones.

A todo lo demás a que S. S. se ha referido con la relación a la isla de Cuba, aparte de la cuestión de las reformas, el Sr. Ministro de Ultramar contestará cumplidamente.

No sé si el respecto al programa del Gobierno ha hecho S. S. algunas más observaciones. Si echa de menos alguna explicación de mi parte, se la daré con mucho gusto; pero me parece, por el tiempo que ha pasado después de la crisis que han tenido lugar, que las explicaciones que en otras ocasiones he tenido el honor de dar le bastarán a S. S. Si no es así estoy dispuesto a contestar a cualquier duda que pueda presentarse; no extendiéndome en otras consideraciones porque estoy viendo el reloj, y como observo que han transcurrido las horas del Reglamento, no quiero detener más a los Sres. Senadores.



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